Carta con motivo del Día Nacional de Caridad (Corpus Christi). 2010

Celebramos la solemnidad del Corpus Christi, este año 2010 –Año Sacerdotal–. Reflexionamos que frente al egoísmo está la gratuidad, esa gratuidad que el sacerdote vive en su entrega como servidor a la Iglesia, de esa Iglesia que siempre sale al encuentro de los más necesitados.

Hoy, más que nunca, debemos tener clara nuestra actitud de servicio. En una sociedad donde el egoísmo hace que nos olvidemos de las personas que están pasando por graves dificultades para sobrevivir; donde más de 1.400.000 familias, no tienen nada y viven de las ayudas de familiares o instituciones, es cuando tenemos que salir al encuentro de los más necesitados. Las Caritas Parroquiales, Arciprestales y Diocesanas, se han visto desbordadas por el aumento de demandas (más de un 50%) para paliar las necesidades más básicas como alimentos, ropa, …de muchas familias, las cuales carecen ya de algún ingreso económico. Ante situaciones así, nosotros los cristianos, coherentes con el mensaje de Cristo, tenemos que responder como hijos de una Iglesia, Madre de todos, y en especial, de los más necesitados.

Debemos reflexionar y no olvidar nunca el mandato que Jesús nos da, cuando, estando en aquel despoblado, ante más de 5.000 seguidores que necesitaban comer, antes de enviarles a sus aldeas para comprar comida, dice a sus discípulos: DADLES VOSOTROS DE COMER (S. Mateo 14,16) y nos lo dice ahora, hoy mismo a todos nosotros. Y este mandato es el que se intenta llevar a cabo en nuestra atención diaria en los más de 50 despachos de atención en nuestra Diócesis, donde nuestros voluntarios y voluntarias, con el ánimo que les dan sus sacerdotes, atienden a más de 2.000 familias que demandan nuestra ayuda.

Desde aquí quiero reavivar en los sacerdotes el don y el gozo de nuestro ministerio de la Caridad, de modo que nuestra palabra se haga Pan y nuestro Pan sea Palabra –y encuentro y mirada a los ojos y acompañamiento– para todos, especialmente para los últimos y no atendidos, destinatarios preferentes del servicio de Caritas.

Os doy las gracias por vuestra entrega; sois las manos de la Iglesia que acoge a todos, especialmente a los más excluidos, con verdadero Amor.

Una de las afirmaciones fundamentales de la Encíclica “Caritas in veritate”: Solo en la verdad resplandece la Cariad y puede ser vivida auténticamente” (civ.nº 3) nos da fuerza y nos anima para realizar nuestra labor y nuestra acción caritativa.

Desde Caritas Diocesana, un abrazo cordial para todos.


Mons. Juan Antonio Reig Pla, Obispo de Alcalá de Henares