La celebración del día de la Iglesia diocesana nos recuerda que somos la familia de los hijos de Dios. A ella pertenecemos por el bautismo y en ella aprendemos a seguir a Jesucristo, nuestro guía y salvador.

Como os recordaba en la carta pastoral – No anteponer nada a Cristo –, para encontrarse con Cristo resucitado necesitamos a la Iglesia, su cuerpo, que lo hace presente predicando su palabra, haciéndonos participar de su vida en los sacramentos y reuniéndonos en el amor: “Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18, 20).

Es la Iglesia, nuestra diócesis de Alcalá de Henares, la casa que el Señor ha preparado para nosotros: la morada de Dios entre los hombres. Es en la Iglesia donde podemos vivir como hermanos y donde el Espíritu Santo nos regala la comunión.

Sintiendo este espíritu de familia os invito a crecer en el apostolado y en la evangelización. Somos la respuesta de Dios para esta generación. Orad por vuestros sacerdotes, por los seminaristas y por la promoción de las vocaciones al matrimonio, a la vida consagrada y sacerdotal. Como hijos queridos ruego al Señor por todos vosotros y os invito a que seáis generosos con las necesidades de la Iglesia diocesana.

Con mi bendición,

Mons. Juan Antonio Reig Pla, Obispo de Alcalá de Henares